martes, 26 de febrero de 2008

AUTOPROCLAMACIÓN*. Sobre el trabajo de Malena Valdeavellano

El Museo es una Institución que surgió para consagrar preservar y atesorar el patrimonio de una nación y por tanto, validar ciertas convenciones identitarias de esta naciente República[1]. Por otra parte bajo esta operación se establecieron ciertos vínculos consagratorios que no siempre dieron cuenta de manera exhaustiva de la memoria acontecida por la plástica nacional de su época, sino más bien muchas de ellas se gestaron en función de ciertas inscripciones estrechamente relacionadas a prácticas políticas de turno propiciadas por distintas épocas o por gobiernos de turno.
Todo lo cual generó y ha generado hasta la actualidad ciertas filiaciones, o asociaciones que en cierta forma concibieron campos de poder que permitieron la subsistencia de dinámicas discursivas que sustentan algunos artistas, curadores, críticos, historiadores etc.[2], quienes han avalado un modelo de obra y discurso y por tanto han excluido otros.
La propuesta de Malena Valdeavellano en el marco de la Bienal de Video realizada en el Museo de Arte Contemporáneo, pone en discusión estos parámetros de Consagración.
En su video-performance “Autoproclamación” toma como instrumento operativo de su acción la propia Institución Museal y las redes de circulación que dicho organismo maneja. Su trabajo establece una dinámica abiertamente trasgresora sobre el funcionamiento cerrado y autorreferencial de este lugar, y lo dispone como un espacio público, en donde se posibilite la reflexión sobre imaginarios cotidianos que permitan al público, el transeúnte que en ese momento se encuentra caminando por los alrededores, o en un autobús camino a su casa como el portador de la mirada observadora y crítica del acontecer; entendiendo acontecer como la base sustantiva y efímera de todo quehacer performativo.
Este trabajo “Autoproclamación” tiene sus raíces en Cándida T.A (Candidata te ama), slogan utilizado por la performan quien acompañó una serie de actos y marchas realizadas durante el año 2005. Candidata inició un proceso de apariciones públicas que fueron densificando un campo significante a partir de una serie de elementos que fue incorporando y alterando en su propio cuerpo-ritual[3].
Acompañada de su bicicleta, su primera aparición pública fue acompañar el cortejo fúnebre de una de las primeras mujeres candidatas a la Presidenta de la República en Chile: Gladys Marín[4] quien a partir de sus ideas y su presencia, su cuerpo y su lucha abrió junto a muchos otros la posibilidad de recuperar la calle como espacio cultural activo y creativo. Es por ello que Candidata surge en un primer momento como un Homenaje. Luego siguió una serie de actividades que intensificaron la idea que queremos establecer: el espacio público es una instancia performativa en donde el sujeto hace ejercicio de su dimensión y participación social.
Vinieron entonces la acción REARME, el 11 de septiembre, aquí el panfleto se constituyó como primera cita discursiva. Luego las apariciones en la Marcha por el Orgullo gay el 24 de septiembre, la Marcha del Mundo Indígena del 12 de Octubre, el acto de la CUT el 5 de Octubre que instalaron a la Candidata con una posición clara sobre discursos de Alteridad y Márgenes.[5]
Finalmente en la penúltima salida de la Cándida T.A, podríamos ver la antesala directa de lo realizado en el MAC. Este trabajo se enmarcó en la Clínica Interuniversitaria de Performance Artenacción, organizado por el colectivo Deformes y en donde Malena presentó una acción titulada “Antropometrías”, que resituó a la Plaza, en este caso la PLAZA DE ARMAS como el origen de la traza de la ciudad de Santiago. Es decir desde la plaza se constituyeron las medidas del cuerpo-urbano y cuerpo-social de la Nación, convirtiéndose en uno de los soportes del trabajo de Valdeavellano, el que busca revitalizar el espacio público y cotidiano como parte del cuerpo social en el que se inscribe el acto performativo.
En la Plaza numerosas personas son utilizadas como patrones de medida para organizar “a escala humana” la ciudad. Ellos son numerados con sangre menstrual de la propia performer. Su cuerpo secreta sus fluidos sobre el cuerpo-plaza, perdiendo en el sitio parte de sus propia intimidad y disolviéndose sobre el espacio de la colectividad. El cuerpo parece liberarse de sus propias prohibiciones.[6]




Ahora bien, en el acceso al Museo de Arte Contemporáneo Malena Valdeavellano se autoproclama como CANDIDATA a partir de la referencia organizativa que la consagra como reina de las abejas en el panal de la propia institución museal.
La acción parte en el interior del Museo, ella desvistiéndose mientras observamos en video una serie de imágenes de carácter asociativo en donde aparecen insectos, zánganos que pernoctan en alfombras viejas y gastadas, en una clara alusión a lo que ella misma realizará con su cuerpo.
Desnuda[7], se arrastra por una alfombra sucia instalada en el hall de la sala, luego esta alfombra se convierte en una elegante alfombra roja que se despliega por las escaleras y patio de acceso al Museo. Arrastrándose con dificultad por el suelo, bajo la alfombra, advertimos un movimiento rítmico y agotador que termina cuando ella se levanta y derrama sobre sí misma miel caliente, un cubriente que podría referenciar de manera simbólica el calor, el alimento y el poder. Malena lo explica: “la miel caliente la utilicé pensando en el poder, lo riesgoso que es su uso, y el que una mujer sea quien lleve la banda nos hace pensar en la abeja reina, creo que me faltó otro panfleto: usted sabe que todas las abejas podrían ser reinas si se las sobrealimenta”.
La AUTOPROCLAMACION acaba con la entrega de la banda presidencial, la entrega del vehículo (su bicicleta) y el lanzamiento de numerosos panfletos acumulados durante todas sus travesías y marchas de este año. Finalmente Malena Valdeavellano se retira de la escena por calle Matucana destino a su casa y los asistentes son bombardeados con semillas que en la lectura posterior y de manera metafórica a través del registro fotográfico, podemos evidenciar como, las huellas de los zánganos muertos que no recibieron alimento, y por tanto la fuerza para sobrevivir el vuelo de la reina. Muertos que no sobrevivieron en ollas comunes, muertos que no sobrevivieron las balas, muertos que no sobrevivieron la negación de las instituciones. Muertos, como muchos que no lograron ser artistas.
Indudablemente la ambigüedad polisémica de esta acción genera en el lector, en la performer, o en los asistentes otras posibilidades de reflexión o entradas de análisis puesto que su condición efímera y única nos fija como realidad, la ficción del recuerdo.
Sin embargo no es menos claro, que Malena Valdeavellano, en este proyecto tensiona a través lo performativo las prácticas socioculturales que las instituciones y los poderes (políticos, museales, educativos, u otros) nos hacen constituir como escenario social, respecto de algunas prácticas sobre poder y dominación. Quien es elegido o autoelegido como candidato o candidata?
Ella asume una dimensión aún no discutida en profundidad en términos de ciertos discursos de género, puesto que si bien es cierto las minorías excluídas históricamente, como en su momento lo han sido los indígenas, los inmigrantes, los homosexuales y otros, y que se instalaron bajo una discursividad eminentemente patriarcal hoy, en la circunstancia post-electoral se abren nuevas posibilidades de reflexión sobre todo a partir de la elección de Michelle Bachelet quien a generado en nuestro país una especie de ilusión utópica de lo “posible” y que en cierta forma también es compartida con otros procesos gestados en el cono sur como la elección de Evo Morales en Bolivia. Las minorías han propiciado un proceso de emancipación de los discursos imperantes dados por las instituciones vigentes y a las cuales estas minorías habían sido vedadas por décadas.
Malena Valdeavellano (quién a adoptado el apellido de su madre) con su acción duracional Candida Te Ama y luego Autoproclamación ha cuestionado de manera lúdica un orden basado en la discriminación y subordinación a la que han sido sometidas las mujeres en la construcción de la sociedad chilena. Su trabajo en cierta forma propone nuevas formas de hacer política, al incorporar aquellos deseos, intuiciones y resistencias consideradas propias de su mundo privado[8]. Este se hace presente a través del uso de una serie de signos que en la acción connotan y que buscan instalar una crítica a las instituciones que se han fundado en argumentos patriarcales como el Museo y el Estado-nación.
En el trabajo de Malena la Memoria se alza como un tema fundamental; una memoria articulada desde una mirada femenina, desde la subjetividad de la propia experiencia que mira el acontecer para reflexionarlo en el espacio performativo[9]



*publicado en www.sepeinsa.net/edicion/index.php?option=content&task=view&id=634&itemid=40 2005
1 recordemos que la inauguración del Museo Nacional de Bellas Artes se enmarcó en las celebraciones del Primer Centenario de la República.
[2] En referencia véase Bourdieu, Pierre. Las Reglas del Arte. Anagrama, Barcelona, 339
[3] Elementos como un impermeable con el que inicia su trabajo y luego termina en la desnudez del cuerpo. El vestido andino, de la campesina que contrasta con la banda presidencial cosida con lanas. Maquillaje que fue variando en intensidades. Panfletos recogidos en la calle, panfletos creados por ella misma, etc.
[4] También se postuló a la Presidencia la ecologista Sara Larraín.
[5] Cito las “pequeñas historias” contadas como anécdotas de estas marchas: “en la marcha gay algunos me retaron por no mostrar las pechugas en la del 12 de oct. Conocidos me desconocieron porque profanaba un atuendo andino, en la Cut un caballero mayor me dio las gracias por haber asistido, tomando mi mano como quien se lo da a una real candidata”
[6] Referido a Sánchez, Cecilia. Escenas del cuerpo escindido. Ensayos cruzados de filosofía literatura y arte. U. Arcis. Edit. Cuarto Propio. 2005. p.78.
[7] “mi opción a ese momento es reptar cual culebra y mudar la piel en ese proceso. De esta forma la autoproclamación es un premio a la valentía”, la autora.
[8] Recordemos las imágenes aparecidas en los medios de comunicación luego de la elección de Michelle Bachelet después de la segunda vuelta electoral. Numerosas mujeres vestidas con la banda presidencial celebraron los resultados viéndose en cierta forma asumiendo nuevos espacios de poder y de reivindicación de sus derechos.
[9] Interesante mencionar el artículo de Verónica Matus “En memoria de los movimientos” en
Raquel Olea- Olga Grau (compiladoras) Volver a la Memoria. Colección Contraseña, 2001 p.69

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