martes, 26 de febrero de 2008

Quién puede olvidar las huellas*. Sacrificio Tortura y Performance

RELATO I
SACRIFICIO

Los dioses escogieron entre las criaturas recién aparecidas, “llamaron a Nanáhuatl y le dijeron: ahora tu guardarás el cielo y la tierra”, entonces “el dios llagado (Nanáhuatl) ya se pone a hacer penitencia: toma sus espinas de agave; toma su rama de abeto, se punza las piernas en sacrificio ritual” [1] y luego de una dolorosa iniciación este ser purulento y deforme se transformará en el quinto sol (naollin, cuatro movimiento) “Cuando hubo acabado el periodo de cuatro días para hacer penitencia, el dios llagado ya toma sus plumas y se pone las blancas rayas de la víctima del sacrificio. Ya se va arrojar al fuego” [2].
Basado en la creencia primaria, que justifica que la sangre humana es el motor que da movimiento y vida al mundo, en especial al Sol durante su viaje por el inframundo y por lo cual el hombre debe procurarle ese alimento, a fin de preservar su propia existencia, se establecieron numerosas formas de exposición y sangramiento del cuerpo, dependiendo de los ciclos conmemorados y las deidades a las cuales se les rendía culto.
El tlacamictiliztli, o “muerte ritual de un ser humano” se constituyó en el eje simbólico que ordenó la vida mexica, tanto cósmico-religioso como político- económico, puesto que los ámbitos de lo sagrado intervenían todos los aspectos de la vida social de la comunidad, y por otro lado, si lo leyeramos desde otra perspectiva, diríamos que todos los aspectos cotidianos de la vida fueron ritualizados a fin de establecer sistemas de mayor control y autoridad por parte de la casta dominante.
Convengamos entonces, que el cuerpo operaba como la materia contenedora del alimento de las deidades, y de los gobernantes, era el recipiente que debía ser modelado y transformado en el rito de sacrificio para así poder ser “devorado” por éstos.
El sacrificio humano para el mundo mesoamericano es entendido como un espectáculo de sangre, que requiere de la exposición pública y de una serie de intervenciones, incisiones, y heridas corporales como formas de preparación mortuorio-alimenticias, y al mismo tiempo una forma de coerción social.
RELATO II
TORTURA
“Atada con alambre de espinos, espantosamente mutilada, con insultos grabados sobre la piel, violada, asesinada, decapitada y tirada en un arcén; en la capital del país es raro el día en que no se encuentra una mujer en estas condiciones. Queda claro que, en Guatemala, ser mujer y víctima es una misma cosa”
El día 23 de Julio el programa informe especial transmitió un reportaje sobre el femicidio en Guatemala investigación que buscaba en cierta forma pistas sobre lo que hasta esa fecha estaba ocurriendo en Chile, en seis meses ya iban 29 casos.
La Oficina en Washington para asuntos latinoamericanos estima que
“desde 2001 más de 2.500 mujeres y niñas fueron brutalmente asesinadas en Guatemala. Si bien las estadísticas oficiales no son totalmente confiables, los números policiales muestran un aumento constante de los asesinatos de mujeres, que pasaron de 313 en 2002 a 351 en 2003, de 531 en 2004 a 580 en 2005, para llegar a cerca de 600 en 2006. Casi todas estas víctimas eran jóvenes y pobres, y en muchos casos, fueron violadas, estranguladas, decapitadas o mutiladas”
Como señala Christine Toomey la situación que vive Guatemala se remonta a la década de los cincuenta, cuando muchas zonas de cultivo se encontraban bajo el control de de la United Fruit Company. Sin embargo en 1954, el gobierno de izquierdas elegido democráticamente expropió terrenos de la multinacional en el marco de la reforma agraria, y la CIA, cuyo director estaba ligado a la compañía, organizó un golpe militar. Lo cual desestabilizó al gobierno, paralizó la redistribución de tierras, surgiendo así grupos guerrilleros y comenzó la campaña antiinsurgencia patrocinada por EE.UU.
Lo cual recrudeció con mayor violencia en los años ochenta. Cito textual “Con la Guerra fría de fondo, los sucesivos gobiernos de Washington inyectaron ayuda militar a Guatemala y a grupos de ultraderecha para proteger sus intereses en la región. Se asolaron grandes extensiones de cultivos, masacrando a la población, indios mayas en su mayoría. Los habitantes de las zonas beligerantes eran llevados en manada a las iglesias y quemados vivos; se encerraba a familias enteras dentro de un pozo. Los oponentes políticos eran eliminados y las mujeres, violadas; mutiladas y asesinadas. A las embarazadas las abrían el útero y colgaban los fetos de un árbol. En 1996, cuando la ONU negoció un acuerdo de paz, se contaban más de 200.000 muertos, 40.000 desaparecidos y 1,3 millones de guatemaltecos convertidos en refugiados internos, en un país de poco más de diez millones de habitantes”. La Iglesia católica denunció en 1998 que el 93 por ciento de los muertos de la guerra civil o más bien genocidio, había fallecido a manos de las Fuerzas Armadas, los escuadrones de la muerte paramilitares y la Policía. La mayoria de ellos entrenados, acota Toomey, por EEUU, con métodos sádicos de represión, por lo que el acuerdo de paz apoyado por la ONU exigió la reducción y reforma de las Fuerzas Armadas y la Policía.
Pero mientras se reducían ambas instituciones, y esto me parece relevante en el relato de la interlocutora: los hombres seguían siendo los mismos. Los responsables de las peores atrocidades continuaron impunes. Efraín Ríos Montt, el general acusado de actos de genocidio en la cumbre de la guerra, consiguió ser elegido presidente del Congreso. (no les parece que algunas historias se repiten?)
Eda Gaviola, directora del Centro de Acción Legal para los derechos humanos, explica “Un elemento clave en la Historia de Guatemala es el abuso contra las mujeres para aterrorizar a la población….este estado de terror beneficia a todo tipo de criminales, desde el narcotráfico hasta las adopciones ilegales, pasando por el blanqueo de dinero y los secuestros. Hay signos claros de conexión entre estas actividades y el ejercito, la policía y las empresas de seguridad privada, las que incorporaron a ex militares y ex policias tras la reducción de las fuerzas del orden”. Por su parte, Amnistía Internacional describe a Guatemala como un “Estado mafioso corporativo” dirigido por “poderes ocultos” que forman alianza entre sectores de la oligarquía, Policía, y los delincuentes comunes”.
En cierta forma, el feminicidio se configuraría como un modo de amedrentamiento y coerción que ciertos poderes, o microepoderes establecen sobre los individuos generando como reseña Foucault otras formas de mando y obediencia, alejados de las instituciones y por ello produciendo un profundo menoscabo sobre las Democracias porque afectan su confianza y credibilidad. En América Latina la violencia ejercida contra hombres y mujeres es bastante alta, sin embargo en el asesinato de mujeres existe un agravante mayor que es la discriminación.
En Guatemala, la policía suele afirmar públicamente que las víctimas son, en su mayoría, prostitutas.
Ustedes recuerdan que en Alto Hospicio las autoridades tras las denuncias por la desaparición de las niñas, culparon a las propias víctimas, imputándoles abandono de hogar, maltrato familiar, y prostitución?
En el maltrato, la tortura o la violación de mujeres existe de hecho un abuso político, y por eso la definición de feminicidio (femicidio) una práctica para someter el actuar no solo de las mujeres sino de la ciudadanía entera, que experimenta en estas prácticas modos de hostigamiento y amenazas; un modelo de poder y dominio que intenta consolidarse.






RELATO III
PERFORMANCE.

“es paradoja fundamental de la performance que cada instancia sea diferente de las otras, mientras que teóricamente la idea misma de performance se basa en la repetición y la restauración”[3].
La obra de Regina José Galindo, nacida en Guatemala en 1974 expone esta paradoja, es decir la presencia performativa en la acción de la performance.
Su cuerpo repite acciones a modo de rito significante, descontextualizadas de la escena desde donde surgen. Convierte su cuerpo en un escenario de conflicto permanente entre el poder que tortura y asesina y los cuerpos que lo denuncian.
Un cuerpo dócil que debe ser educado, vigilado y encauzado pero al mismo tiempo un cuerpo que desobedece, que protesta, y gime. Lo que ven corresponde al año 1999 “El dolor en un pañuelo” la performer aparecía desnuda mientras sobre su cuerpo se proyectaban textos de agresiones sufridas por mujeres en Guatemala.
En un mismo periódico, señala Alejandra Gutiérrez[4], en distintas páginas aparecen dos fotografías muy similares. En la primera, de la crónica roja, una mujer yaciente a la que en la pierna le grabaron la palabra “perra” con un cuchillo. La otra, en la sección de cultura, y a diferencia de la primera donde la protagonista pasa casi desapercibida, la segunda logra la atención del público: su cuerpo es el sitio donde se imprimen, proyectan, golpean los relatos de un acontecer negado; historias de violación, humillación y marginación. Este trabajo corresponde al año 2005.
Regina Galindo señala “¿Por qué tanto escándalo por una mujer azotándose como metáfora de las mujeres asesinadas? Cuando es algo real”. En la Bienal de Venecia, 2005 se introdujo en un cubículo blanco, completamente cerrado solo con parlantes que amplificaban el sonido. Desnuda, dentro de él se golpeó con un cinturón 279 veces, que era la cantidad de mujeres asesinadas hasta la fecha ese año en Guatemala, quienes presenciaban su performance[5] titulada “Golpes” solo podían escuchar el castigo y los gemidos que estos producían. Fue con esta performance, y los videos de Huellas, Himenoplastía y Piel que obtuvo el León de Oro, a la mejor artista joven de la Bienal.


El video “Huellas” corresponde a una acción realizada en el año 2003 titulada "¿Quién puede borrar las huellas?", la artista fue mojando sus pies con sangre humana, contenida en un lavatorio por todo el camino comprendido entre el Palacio Nacional de la Cultura y la Corte de la Constitucionalidad de Ciudad de Guatemala. Finalmente deja el recipiente ante un grupo de militares frente a la Corte. Con esta acción recordaba el genocidio que perpetraron los militares en su país.
Piel corresponde a una acción realizada en el año 2001, se rasuró todo el cuerpo y luego deambuló por las calles de Venecia. Evidenciando en ello nociones de precariedad y vulnerabilidad de los cuerpos.
Sin embargo de sus trabajos más polémicos corresponde Himenoplastia del año 2004.
Ella se somete a una operación de reconstrucción del himen para situacionar la denuncia contra la cultura machista latinoamericana que aún exige como dote matrimonial la virginidad de las mujeres.
El premio que Regina Galindo obtiene en la Bienal se justifica, según el jurado porque su obra contiene un “fuerte e impresionante impacto visual, en una acción de gran coraje contra el poder”.[6]


Reseño otros dos de sus trabajos:No perdemos nada con nacer (2000) dentro de una bolsa transparente como un despojo humano es arrojada en un basurero público. Acción realizada en México y Guatemala.Limpieza social del año 2006 es bañada violentamente con una manguera que se usa para disolver a los manifestantes de las protestas.
Regina Galindo expone a través de su cuerpo o mejor dicho en su cuerpo aquellas formas de opresión, y represión que buscar encauzar normativas de sumisión en la ciudadanía.

* extracto ponencia para el II Encuantro de Arte y Mito, publicada de manera íntegra en la Revista Universitaria “Intramuros” UMCE, año 7 Nº 20. 2007
[1] Garibay, Angel. “La Literatura de los Aztecas”. El Quinto Sol. Edit. Joaquin Mortiz- México, 1964. p.15
[2] Ibid, p.15
[3] Schechner, Richard. Performance. Teoría prácticas interculturales. P.13
[4] http://www.este-pais.com/?q=node/87
[5] el arte del cuerpo aparece ser una subcategoría del arte del funcionamiento, en la cual los artistas utilizan o abusan de su propio cuerpo para hacer sus declaraciones particulares.

[6] http://www.mujereshoy.com/secciones/3194.shtml

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