martes, 26 de febrero de 2008

ESPEJISMOS. Imaginarios sobre la Libertad.


La proyección cinematográfica haría patente el conflicto entre la imagen y la proyección de sombras, como verdad y ficción implícita. Una especie de desdoblamiento del cual somos parte, una especie de entrada hacia el mundo de los espejismos, en donde confusos por el realismo de la imagen y las otras dimensiones perceptivas que la acompañan, creemos ver y vivir aquello que se está proyectando...esto de “meternos en la película” retrataría de manera fiel lo que quiero insistir.
Esta idea de “estar dentro”, nos permite creer, ver como verdad aunque sea por algunos momentos aquellos espejismos que condicionan la proyección.
Espejismos que nos permiten configurar y pensar nuevas imágenes, nuevas historias, nuevos amores y dolores, venidos todos ellos, de otros imaginarios, de otras formas de crear, pensar y vivir el mundo. Espejismos que nos convierten en protagonistas, espejismos que nos ubican en la mirada, en el ojo, en la cámara del otro.
Entonces, estamos ahí, no solo como observadores estáticos sino como soñadores, identificados con sus espectros, aunque a veces más que sueños las visiones se convierten en pesadilla


Basadas en la Novela de George Orwell 1984, las películas 1984 y Brazil, proponen un collage de imágenes que discuten durante casi dos horas acerca de una sociedad panóptica que hace uso de sistemas de vigilancia para controlar y dominar a los sujetos que participan de ella.
Ya sea en un restaurante o en las oficinas públicas el control del individuo se muestra permanente: un aparato detector revisa el cuerpo, una pantalla vigila las acciones y los rostros, las computadoras permanentemente suministran información sobre los individuos.
Siempre hay una mirada que lo abarca todo.
Una sociedad de control es también una sociedad del orden y como tal, del progreso solo en el orden y la guerra es posible el progreso, sin embargo ésto parece no haber traído grandes ventajas y aparece francamente ineficiente: todos los electrodomésticos sincronizados no sirven para llegar a tiempo al trabajo, el aire acondicionado no funciona, las cirugías estéticas no son garantía de belleza, el cielo azul o el aire puro parece haber sido desterrado, la comida sabe a carne pero no es tal.
Se impone una sociedad de la apariencia: la representación reemplaza a la realidad, los vivos se convierten en vaporizados, es decir nunca existieron.
El ministerio de la Verdad destruye cualquier vestigio de la historia, su tarea principal no era preservar la memoria sino transformarla y cambiarla según los requerimientos del partido.
En esta sociedad moderna la burocracia es la cara visible del poder, sin detentarlo nunca por ella misma asegura sus redes de circulación y censura de la información permitiendo el pleno control y conocimiento de los individuos y afianzándolos como parte de los engranajes del poder.
En esta sociedad panóptica, el poder hace uso de modalidades disciplinarias que imponen una fuerte homogeneización de las individualidades, puesto que garantiza su efectividad, borrando las singularidades.
Me explico el poder define la individualidad de las personas en tanto las clasifica, las jerarquiza, les otorga una utilidad, un lugar dentro del sistema, pero al mismo tiempo, les niega cualquier posibilidad de vivir la singularidad que les concede. En esta sociedad el individuo no existe como tal y la libertad es solo el sueño, una aspiración que está destinada al fracaso puesto que la mayor perfección del sistema es extirpar todo vestigio de autonomía para lo cual se vale de la tortura, sobre el pensamiento, sobre el sentimiento, sobre el cuerpo a fin de lograr sus objetivos.“Te estás pudriendo, Winston. Te estás desmoronando. ¿Qué eres ahora? Una bolsa llena de porquería. Mírate otra vez en el espejo. ¿Ves eso que tienes enfrente? Es el último hombre. Si eres humano,esa es la Humanidad.
* extracto de la ponencia “Espejismos. Imaginarios sobre la Libertad”, en torno al III Encuentro de Arte, Educación y estética, 2003. UMCE.

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